CARTA PUBLICA A LA PRESIDENTA MICHELLE BACHELET Y A TODAS LAS AUTORIDADES CON PODER DE DECISION EN EL CASO QUE SE EXPONE

Excelentísima Presidenta de la República, Michelle Bachelet
Ministra del Servicio Nacional de la Mujer, Carmen Andrade
Ministra Secretaria General de Gobierno, Pilar Armanet
Ministro de Salud, Alvaro Erazo
Ministra de la Vivienda, Patricia Poblete
Ministra de Planificación y Cooperación, Paula Quintana
Ministra del Trabajo y Previsión Social, Claudia Serrano

Hace más de un año, numerosas organizaciones de mujeres respaldamos frente a la opinión pública a Karen Espíndola, joven mujer quien cursaba un embarazo con malformación fetal grave. Al solicitar un aborto terapéutico, ella adujo la durísima carga que esto implicaría para su salud física y mental, y también para ese niño en gestación, dejando entrever una postura profundamente ética y de plena justicia que compartimos.

Su solicitud, bien lo sabemos, fue denegada por las leyes y por la presión de distintos sectores sociales que insisten en colocar sobre las mujeres el mandato irrenunciable de la maternidad en cualquier circunstancia, sin reconocerles su capacidad para resolver en conciencia y autonomía acerca del proyecto de vida que desean. Al denegarle el aborto terapéutico, por lo tanto, fue irrespetada su libertad, su derecho a la salud y al bienestar, su dignidad, su autodeterminación, su intimidad y privacidad, su derecho a no ser discriminada, entre muchos otros derechos humanos consagrados.

Su hijo Osvaldo nació hace cerca de un año, diagnosticado con Holoprosencefalia Semilobar, patología que interfiere severamente con su normal desarrollo, por lo cual requiere múltiples y permanentes apoyos terapéuticos, incluyendo intervenciones quirúrgicas y rehabilitación motora, para lo cual ha acudido al sistema público de salud. Karen, con apoyo de su familia directa, está dedicada a su atención exclusiva, y ha tocado numerosas puertas para lograr que Osvaldo, dentro de su condición, pueda vivir dignamente.

Nos dirigimos a Ud., señora Presidenta, y a todas las autoridades que de una u otra forma deberían resolver sobre casos como el recién expuesto, para demandarles un compromiso real con la situación de Karen Espíndola y su hijo Osvaldo. No podemos olvidar que este nacimiento estuvo condicionado por una presión social y por leyes penalizadoras que demuestran ser inútiles, ya que miles de mujeres continúan abortando en Chile en condiciones de clandestinidad y con riesgo de sus vidas. Karen debió continuar con su embarazo y requiere hoy ser apoyada urgentemente: necesita atención de salud integral para ella y para su hijo; trabajo e ingresos decentes que le permitan garantizar el bienestar de su núcleo familiar; un ambiente seguro y confortable donde criar a Osvaldo; y, sobre todo, requiere solidaridad, soporte y seguimiento.

En estos momentos, cuando nos aprestamos a decidir quien dirigirá los destinos del país en los próximos años, es urgente atender estos casos que dan cuenta de realidades cotidianas en nuestra sociedad, realidades que deben hacerse visibles y no ocultarse del escrutinio de la opinión pública. En este sentido, el Estado chileno tiene un deber irrenunciable: otorgar todas las garantías y recursos para que Karen y su hijo gocen de una vida digna.

Atentamente,

Karen Espindola Hernanadez
Foro Red de Salud y Derechos Sexuales y Reproductivos
Movimiento pro Emancipación de la Mujer Chilena, MEMCH
Red de Salud de las Mujeres Latinoamericanas y del Caribe
Articulación Feminista por la Libertad de Decidir
Red Chilena contra la Violencia Doméstica y Sexual
Solidaridad y Organización Local, SOL
Instituto de la Mujer
Ciudad de las Diosas
Colectivo Cons-pirando
ANAMURI
Marcha Mundial de Mujeres, Chile
Católicas por el Derecho a Decidir-Chile